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    Ortodoncia para los más pequeños: Ortopedia Dentofacial

     

    Hay una falsa creencia de que la ortodoncia solo puede realizarse cuando un niño ya ha recambiado todos los dientes. Pero la realidad es que hay una rama de la ortodoncia llamada ortopedia cuyo objetivo es redirigir el crecimiento de los maxilares. La duración de un tratamiento de ortopedia suele durar entre 6 y 12 meses.

    El requisito imprescindible para que pueda realizarse es que el paciente todavía se encuentre en una fase de crecimiento favorable. Una vez terminado el crecimiento, cualquier opción para poder cambiar la posición de los maxilares va a ser más invasiva. Por eso se recomienda que la primera visita con el ortodoncista sea al menos a los 6 años.

    El momento indicado para empezar el tratamiento depende de varios factores, entre ellos:

    – Maloclusión a tratar: maxilar estrecho, mordida cruzada anterior (los dientes inferiores sobrepasan a los superiores en oclusión), mandíbula pequeña…

    – Sexo, ya que las niñas suelen finalizar el crecimiento antes que los niños

    – Hábitos involucrados: respiración oral, chuparse el dedo, malposición de la lengua…

    El crecimiento está determinado por la función. El problema más frecuente y que nos encontramos en consulta de forma más temprana es el maxilar estrecho. Esta maloclusión está íntimamente relacionada con la respiración oral. Además, si perdura
    en el tiempo, el maxilar no se desarrolla de forma adecuada únicamente a lo ancho, sino también en sentido anteroposterior. Esto significa que en la gran mayoría de los casos en los que un/a niño/a parece que facialmente tiene una mandíbula grande, el problema es otro: la mandíbula tiene un tamaño normal y el maxilar es pequeño. La genética también juega un papel importante, está implicada sobre todo en aquellos pacientes que presenten mordida cruzada anterior por sobre crecimiento mandibular.

    En el caso contrario, en el que facialmente nos da la sensación de que un/a niño/a tiene la mandíbula pequeña, normalmente el problema es mixto. Por un lado tenemos un maxilar que suele ser estrecho y por otro una mandíbula que no se está desarrollando como debería. En este punto existen dos posibles escenarios dependiendo de la potencia muscular del paciente. En algunos casos los dientes superiores cubren por completo a los inferiores e impiden que la mandíbula se desarrolle de forma correcta. Mientras que en otros, la mandíbula tiene mucho espacio para desplazarse hacia delante y aún así no está creciendo. Debemos ser consientes de que una mandíbula pequeña no es solo un problema estético. Es un factor de riesgo a la hora de padecer problemas en la articulación temporomandibular (articulación que guía la apertura y el cierre de la mandíbula) y de AOS (apnea obstructiva del sueño).

    Es muy importante tener en cuenta que en esta primera fase el único objetivo es redirigir el crecimiento, el alineamiento de los dientes se llevará a cabo en una segunda fase de tratamiento.

     

    Dra Xisca Vicens Fiol

     

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